A peticion de este Comite, el proximo dia 14, nos reuniremos con la Empresa en una reunion que consideramos importante.
Una de nuestras reivindicaciones era que fuera conjunta con todos los responsables de cada UG y de cada departamento y despues de unos tiras y aflojas, parece ser que será así.
En un principio y si no hay sorpresas de ultima hora, a la reunion asistirá el Comite en Pleno y los responsables de las UG del Corredor y de Plaza de Castilla, asi como los de Largo Recorrido, ademas de un representante de Recursos Humanos y otro del Taller. Lo que no se ha podido conseguir es que vaya ninguno de taquillas.
Segun le informamos a la empresa, los temas a tratar y que consideramos urgentes, seran los siguientes:
El mantenimiento de los coches. Mas bien el no mantenimiento. Los derechos que creemos que se nos estan vulnerando, en algunos casos y sibilinamente, como en el caso de la Bus Plus y el Ocibus y los incumplimientos de algunas cosas, que nos dijeron que se harian y que con el paso del tiempo, se estan demorando en su ejecucion y luego, en el turno de Ruegos y Preguntas, se pasará a desgranar casos mas concretos de cada Centro.
De todo esto, sereis debidamente informados al dia siguiente y en este blog.
Como se acerca la fecha establecida,(11 de Septiembre) para hacer efectiva la oferta de los Cosmen, sobre National Express, os dejamos esta informacion, cuanto menos curiosa aparecida hoy en el Diario El Comercio Digital:
Como las versiones modernas de las películas clásicas, ahora tan de moda, cincuenta años después la octava generación de la familia Cosmen revive un capítulo clave en su historia empresarial. La operación para adquirir el grupo británico National Express (NX), en efecto, tiene muchos paralelismos con la estrategia que llevó a José Cosmen Adelaida a controlar ALSA (Automóviles Luarca. S. A.) en la década de los años sesenta. Esta compañía, que entonces ya era líder en Asturias y cuyos orígenes se remontan al siglo XIX, propuso en 1960 a los Cosmen comprarles Empresa Cosmen, el negocio familiar. Éstos se negaron a vender y plantearon una fórmula de absorción integrando los dos negocios a cambio de una participación en la compañía líder, el mismo sistema que acordaron en 2005 al integrarse en NX. Entonces, tras asumir la gerencia, los Cosmen fueron adquiriendo progresivamente el resto de las acciones hasta hacerse con la propiedad. Fue así como el teórico absorbido pasó a ser, en el plazo de dos décadas, el dueño de la empresa absorbente.
Ahora, con NX, la estrategia ha sido muy parecida. En 2005, los Cosmen vendieron ALSA (salvo los negocios de China) a NX a cambio de 217 millones de euros en efectivo y otros 164 en acciones de National Express equivalentes al 9,9% del capital. En los años siguientes los Cosmen ha ido aumentando progresivamente su participación hasta convertirse con el 18,6% en el principal accionista del grupo británico.
Ahora, con NX, la estrategia ha sido muy parecida. En 2005, los Cosmen vendieron ALSA (salvo los negocios de China) a NX a cambio de 217 millones de euros en efectivo y otros 164 en acciones de National Express equivalentes al 9,9% del capital. En los años siguientes los Cosmen ha ido aumentando progresivamente su participación hasta convertirse con el 18,6% en el principal accionista del grupo británico.
Estrategia
¿Por qué los Cosmen se han lanzado ahora a la compra de National Express? Los motivos son variados, pero hay dos elementos clave en la decisión. Por un lado, se trata de una operación defensiva para salvaguardar los intereses de la familia. En efecto, las dificultades financieras de NX, con una deuda de 1.200 millones de euros y una cuenta de resultados que entró en pérdidas el primer semestre, pone en riesgo el valor de la participación de la familia. Ese endeudamiento, paradójicamente, procede de los créditos suscritos para comprar las españolas ALSA y Continental Auto.
Pese a ser los principales accionistas y los únicos socios industriales (con capacidad para gestionar el grupo), los Cosmen no controlan la gestión. NX, además, está descabezada tras la dimisión del consejero delegado el pasado mes de julio, lo que la convierte en un gigante con pies de barro. El problema más grave está en su división de ferrocarriles, que representa el 20% de la facturación pero genera beneficios exiguos. La compañía se ha declarado prácticamente incapaz de mantener las operaciones en East Coast, que une Londres con Escocia, y ha comunicado al Gobierno su intención de devolver la concesión, una decisión que ha enturbiado las relaciones con el Ejecutivo británico. Las pérdidas en esta línea han sido tan fuertes (20 millones de libras) que han provocado, junto con las provisiones necesarias para su entrega, buena parte de sus números rojos del primer semestre.
Oferta de compra
En este escenario, con el apoyo de CVC Capital Partners, los Cosmen están dispuestos a pagar 713 millones de euros por National Express para tomar el control de la compañía. Un reto, pero también una oportunidad única. Su objetivo es desprenderse de la división de trenes y mantener los negocios de transporte de viajeros por carretera en Reino Unido, España y EE UU. Volver al negocio tradicional de NX, el mismo que conoce la familia desde hace más de once generaciones, y el más rentable.
Si la operación sale adelante y tiene éxito, los Cosmen no sólo controlarán NX sino que volverán a ser los propietarios de ALSA. La sociedad absorbida, como ocurrió con Empresa Cosmen en la década de los años sesenta con José Cosmen al frente, puede convertirse en la dueña de todo el grupo.
¿Por qué los Cosmen se han lanzado ahora a la compra de National Express? Los motivos son variados, pero hay dos elementos clave en la decisión. Por un lado, se trata de una operación defensiva para salvaguardar los intereses de la familia. En efecto, las dificultades financieras de NX, con una deuda de 1.200 millones de euros y una cuenta de resultados que entró en pérdidas el primer semestre, pone en riesgo el valor de la participación de la familia. Ese endeudamiento, paradójicamente, procede de los créditos suscritos para comprar las españolas ALSA y Continental Auto.
Pese a ser los principales accionistas y los únicos socios industriales (con capacidad para gestionar el grupo), los Cosmen no controlan la gestión. NX, además, está descabezada tras la dimisión del consejero delegado el pasado mes de julio, lo que la convierte en un gigante con pies de barro. El problema más grave está en su división de ferrocarriles, que representa el 20% de la facturación pero genera beneficios exiguos. La compañía se ha declarado prácticamente incapaz de mantener las operaciones en East Coast, que une Londres con Escocia, y ha comunicado al Gobierno su intención de devolver la concesión, una decisión que ha enturbiado las relaciones con el Ejecutivo británico. Las pérdidas en esta línea han sido tan fuertes (20 millones de libras) que han provocado, junto con las provisiones necesarias para su entrega, buena parte de sus números rojos del primer semestre.
Oferta de compra
En este escenario, con el apoyo de CVC Capital Partners, los Cosmen están dispuestos a pagar 713 millones de euros por National Express para tomar el control de la compañía. Un reto, pero también una oportunidad única. Su objetivo es desprenderse de la división de trenes y mantener los negocios de transporte de viajeros por carretera en Reino Unido, España y EE UU. Volver al negocio tradicional de NX, el mismo que conoce la familia desde hace más de once generaciones, y el más rentable.
Si la operación sale adelante y tiene éxito, los Cosmen no sólo controlarán NX sino que volverán a ser los propietarios de ALSA. La sociedad absorbida, como ocurrió con Empresa Cosmen en la década de los años sesenta con José Cosmen al frente, puede convertirse en la dueña de todo el grupo.